Buenos días a todos los amigos y seguidores del blog. Hoy quiero hablarles de una situación que he observado tanto en la clínica como fuera de ella: la pareja puede convertirse en un enemigo, un enemigo en casa. A menudo, hombres y mujeres se quejan de que su pareja no les llena, no les tiene en cuenta, se va con amigos o prefiere otras actividades antes que estar con ellos. El problema no es solo darse cuenta de que la pareja no es lo que uno esperaba, sino que esta situación se repite y se repite, a veces durante años o incluso toda la vida.
Vivimos con un enemigo en casa, alguien que nos hace sufrir, nos convierte en víctimas y nos llena de rabia y tristeza. Sin embargo, muchas veces no tomamos una solución definitiva: no nos separamos ni nos divorciamos. Si en una pareja no hay amor, ternura y consideración mutua, ya no es una pareja. Incluso desde una perspectiva cristiana, si no hay amor, Dios no está ahí, porque “Dios es amor”. Si solo hay rencor y decepción, eso no es lo que Dios quiere.
Jesús en la cruz dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Esto me ha hecho entender que aquellos que actúan mal no saben lo que hacen. Perdonarlos es lo correcto porque vivir con odio es un problema para todos. Hace poco enfrenté una situación similar y decidí perdonar a la persona en lugar de rechazarla. Ahora, esa persona está muriendo y me alegra haber elegido el perdón.
Tener un enemigo en casa significa que hemos hecho una elección errónea. Vivir en ese ciclo de decepción y rabia no es saludable. Generalmente, este ciclo comienza con una proyección errónea en la persona elegida, seguida de una convivencia que revela la verdadera naturaleza de la pareja, llevándonos a la decepción y la lucha constante. Muchas veces, después de pelear, nos reconciliamos, pero el ciclo se repite. Esto puede durar toda la vida, causando mucho dolor.
La conclusión es clara: si llegan a esta situación, procuren separarse. Si no tienen la fuerza para hacerlo, busquen ayuda profesional para tomar esa decisión. A veces, necesitamos la ayuda de alguien para decidir y tomar el camino correcto. Gracias por su atención.
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